Después de una hora, su
discusión llegó a su fin, terminando con una desagradable taza de té del mundo
de los demonios preparada por Celes. Regina se lo bebió sin levantar una ceja.
"Ya veo. Mi marido fue
derrotado".
En su rostro no se reflejaba
ni la ira ni la angustia, a pesar de que su otra mitad habÃa sido capturada por
el enemigo. De hecho, parecÃa emocionada por la perspectiva de un poderoso
oponente. Sus ojos brillaban como cuchillos afilados.
"Excepto que la Diosa
utilizó un método deshonesto──", comenzó a protestar Arian.
"Eres muy ingenua. Una
derrota es una derrota. La culpa es suya por no leer sus astutos planes".
Regina suspiró, cortando a
Arian a mitad de la frase. "Ha perdido su chispa desde que nació Rino. No
es nada comparado con sus dÃas de juventud, cuando brillaba como el sol azul,
cuando intentábamos matarnos el uno al otro. Estoy segura de que en ese entonces
nunca le habrÃan hecho prisionero".
En otras palabras, si su
cuerpo y su mente no se hubieran ablandado en ausencia de Rino, habrÃa notado
el cÃrculo mágico en el estómago de Fey en cuanto la hubiera visto y la habrÃa eliminado
antes de hacer cualquier pregunta.
Los ojos de Rino volvieron a
llenarse de lágrimas.
"Lo siento mucho..."
"No llores. No has hecho
nada malo. Todo es culpa de El-algo-u-otro", dijo suavemente
inmediatamente Regina, dándole la razón al Rey Demonio sobre quién era el padre
más autoritario.
Cuando la Princesa Azul de la
Guerra observó que Arian le sonreÃa secamente, se aclaró la garganta, cambiando
al instante de tema.
"De todos modos, no puedo
aceptar que perdiera contra otra mujer. No me sentiré mejor hasta que le dé una
buena paliza".
Sus burdas palabras no
ocultaban su genuina preocupación por él. Regina parecÃa gotear intención asesina
y magia, lo que hizo que Arian rompiera a sudar frÃo.
"Pero no sabemos dónde
está, y..."
Decidió no terminar su frase y
miró en dirección a Shinichi, mirando fijamente la habitación de invitados.
Era difÃcil imaginar ganar
contra la Diosa con la fuerza bruta. Después de todo, habÃa conseguido
convertir en arma a Fey, una inocente exploradora, para capturar a Rino,
demostrando que no se lo pensarÃa dos veces a la hora de utilizar trucos
desagradables.
Su única apuesta era exprimir
el cerebro del astuto Consejero del Rey Demonio. Hasta ahora, todas sus
estrategias para derrotar a los héroes se habÃan basado en sus ideas.
Sin embargo, su MVP[1] parecÃa haber sido
aplastado desde que puso los ojos en esa chica y se habÃa encerrado en otra
habitación.
"Shinichi...", gimió
Rino, mirando en su dirección.
"......" Celes
miraba al suelo en silencio.
Regina habÃa captado que la
actitud de su alumna era distinta a la de las demás.
"Celes, háblame de la
Bella Durmiente", dijo, refiriéndose a la niña que estaba en brazos de Shinichi.
"¡¿──?!" La doncella
prácticamente se sobresaltó.
Su reacción hizo evidente que
tenÃa alguna idea de su relación.
"Tú sabes de
ella...", dijo Arian. Shinichi debÃa de haberle confiado su historia a
Celes; su pecho se sentÃa como si hubiera sido apuñalado.
No era el momento de ponerse
celosa.
"¡Dinos! ¿Quién es esa
chica? ¡¿Por qué le resulta tan doloroso a Shinichi?!", exigió, agarrando
los hombros de Celes.
"Bueno..." Ella
desvió la mirada, guardando silencio.
Regina dejó escapar un suspiro
frustrado. "Entiendo que no puedes hablar de ello a la ligera. Siempre has
sido muy testaruda. Incluso cuando eras una niña".
"¿Podemos no hablar del
pasado?" espetó Celes, aunque cayó en los oÃdos sordos de la mujer que la
habÃa acogido.
"¿O quieres mantener este
pequeño secreto entre los dos?"
"¡Mi señora!"
"Je-je-je. Eres demasiado
mayor para sonrojarte por nada".
"¡Cambiemos el enfoque de
mi edad! ¡Tú eres la que me ha lavado el cerebro para que piense que 'a todos
los hombres les gustan las chicas más jóvenes' y que 'se burlan de las mujeres
mayores'!"
"Esa fue mi forma de
cuidarte. Me preocupaba que perdieras la oportunidad de casarte, ya que siempre
tenÃas en mente cuidarnos a mà y a Rino. Sólo tenÃa que darte un empujón en la
dirección correcta".
"¡No te metas en mis
asuntos!" Con la cara enrojecida, Celes levanto la nariz.
Arian se quedó helada al ver a
la serena doncella hacer un berrinche infantil.
"Nunca soñé con verte tan
alterada...".
"Siempre es asà con
mamá", explicó Rino.
"Uh, s-si", afirmó
Regina. "Hasta que un dÃa... empezó a actuar de forma demasiado frÃa hacia
nosotros..."
"¡Porque tú y Ribido se burlan de mà por todo!".
Celes la miró, con la vena
palpitante en la sien, pero la Princesa Azul de la Guerra se encogió de
hombros.
"Piensa en ello como un
amor maternal. Para repartir un poco de alegrÃa, ya que de pequeña eras
demasiado cÃnica para mostrar tu sonrisa a todos".
"¿Desde cuándo es cÃnica
Celes?" preguntó Rino.
"¡¿Podemos dejar atrás el
pasado, por favor?!" Celes trató de colocar su mano sobre la boca de
Regina para evitar que revelara detalles sobre su época de esclava a Rino.
La Princesa Azul de la Guerra
la esquivó, poniéndose seria de nuevo.
"De todos modos.
Necesitas su opinión, ¿verdad? No podremos ayudarle a sanar si no dejas que sus
heridas salgan a la luz".
"..."
Celes mantuvo los labios cerrados,
incluso cuando la conversación dio un giro completo.
Regina volvió a suspirar.
"Según nuestra
conversación, posee intelecto y valor, pero se ha quedado tan vacÃo como un
espantapájaros al ver a la joven. ¿Estoy en lo cierto al suponer que es una
pariente o novia muerta?"
"...SÃ". Celes
asintió, incapaz de eludirlo por más tiempo.
"La novia de Shinichi,
eh... "
"Bueno, supongo que más
bien es una buena amiga. Ya que parece demasiado joven para salir con
alguien". añadió Regina al ver que su hija se sujetaba el pecho.
Arian miró directamente a los
ojos de Celes. "Cuéntanos más".
En realidad, no era ético
husmear en el pasado de alguien a través de un tercero. Arian tendrÃa que
lidiar con las consecuencias de que Shinichi la despreciara si se enteraba.
Pero ella esperaba que algunos de sus muros se derrumbaran.
Celes no podÃa decir que no a
esos ojos ardientes.
"Esa es Nozomi. La amiga
de la infancia de Shinichi de su mundo anterior, la Tierra. Se ahogó en el
océano hace ocho años".
No omitió nada, revelando todo
sobre la identidad de la chica y su impacto en Shinichi.
Era imposible que entendieran
todo el peso que tenÃa la muerte en Japón, ya que vivÃan en un mundo donde la
guerra era una realidad cotidiana y los muertos podÃan resucitar con magia.
Pero todos habÃan experimentado la pérdida de un ser querido que les dejaba
cicatrices emocionales.
"Perder a alguien apesta,
especialmente cuando no puedes hacer nada para evitarlo".
Arian habÃa visto a su madre
marchitarse durante su largo viaje, negándose a ser curada o resucitada por la
iglesia. Con la cabeza baja, recordó su propia impotencia, el saber que no
podÃa hacer nada más que ver morir a su madre.
"......"
Rino habÃa sido testigo de los
últimos momentos de la pobre exploradora ── la sonrisa llorosa de Fey pasó por
su mente.
Se secó sus propias lágrimas
con la mano. "Entiendo que estaba herido. Pero Nozomi está bien ahora.
¿Verdad?"
Ella no podÃa imaginar un
hechizo para resucitar a los muertos de otro mundo, pero la diosa Elazonia
habÃa logrado hacerlo.
¿No significaba eso que
Shinichi ya no tenÃa motivos para estar triste?
Arian se puso en pie de un
salto, corriendo hacia la puerta, donde el hechizo de Hard Lock de
Regina habÃa sido eliminado. Irrumpió en el pasillo y atravesó la puerta de la
habitación de invitados en la que estaba Shinichi.
"¡Shinichi!"
"...¿Arian?"
Shinichi se dio la vuelta sin
animo hacia ella.
Sus ojos se fijaron en la mano
de él que descansaba sobre la frente de la chica ── la misma mano que habÃa
acunado su propia cabeza, sin rechazar su sangre de medio dragón. Algo feo se
filtró en su corazón.
"Shinichi. Um..."
¿Aún la ama? ¿Ya no me
necesita?
Arian puso una sonrisa en la
cara, ocultando sus crecientes celos.
"¡Estoy tan feliz de que
te hayas reunido con Nozomi!"
Sus palabras eran propias de
una verdadera heroÃna, que rezaba por la felicidad de los demás por encima de
la suya propia.
"¿Cómo...?"
"Lo siento mucho. He
obligado a Celes a decÃrmelo. Pero no podrÃa estar más contenta de cómo han
salido las cosas".
"......"
"No te preocupes por el
Rey Demonio. Te prometo que lo salvaremos...", comenzó Arian, tomando su
mano entre las suyas.
Ella gritaba por dentro
mientras ofrecÃa su mayor sonrisa.
"Vuelve a la Tierra con
Nozomi, Shinichi".
Asà estarÃa fuera del alcance
de Elazonia.
Incluso podrÃa vivir una vida
feliz con esta chica.
Ella no podÃa soportar la idea
de verlos juntos. La harÃa volverse hacia el lado oscuro.
"No naciste en este
mundo; sólo estás aquà porque él te convocó. Esto no es algo de lo que debas
preocuparte".
Si tan sólo pudiera permanecer
a su lado. Si sólo tuviera ojos para ella.
Pero ella no querÃa que la
odiara. Ella querÃa ser su héroe de confianza──para siempre y por siempre.
"Vuelve a la Tierra,
Shinichi".
Iba en contra de cada fibra de
su ser.
"......"
Se miraron durante un momento.
Entonces él le dirigió una
sonrisa irónica y se acercó a ella para limpiarle una lágrima que no se habÃa
dado cuenta de que estaba allÃ.
"Puedes ser difÃcil. ¿Lo
sabÃas?"
"Um... ¡Esto no es lo que
crees que es!" Arian trató desesperadamente de ocultar las lágrimas.
Shinichi la atrajo por sus
delgados hombros, dándole un fuerte abrazo.
"No pasa nada. No voy a
ir a ninguna parte".
"Pero..."
¡PodrÃa haber saltado de
alegrÃa! Shinichi le puso un dedo en los labios para silenciarla antes de que
pudiera insinuar lo contrario.
"¿Irme? ¿Después de abrir
la caja de pandora? Eso serÃa demasiado irresponsable, incluso para mÃ. Además,
no volveré a dormir si no le doy a esa Diosa impÃa su merecido".
"Estás empezando a sonar
como tú mismo de nuevo".
Cuando vio que sus labios se
curvaban en una astuta sonrisa, Arian le devolvió la sonrisa antes de enterrar
su cara en su pecho.
Alguien silbó desde atrás
mientras seguÃan abrazados en silencio.
"¡Qué pasión! ¿Vas a
besarla? Me apartaré si vas a intentar tener bebés".
"...Suenas como un viejo
verde". Shinichi dejó escapar un suspiro de frustración.
Regina habÃa estado espiando a
través de la puerta, obviamente curiosa sobre su intercambio.
"Ya sabes lo que dicen.
'La vida es corta, haz bebés, chica'. Súbete a él, hermana".
"¡No es asÃ!"[1]
"¿Mmm? ¿Dicen algo
similar en tu mundo? De todos modos, es posible que deseen poner cierta
distancia entre ustedes. De lo contrario, mi hija y estudiante podrÃan
atacarte”.
Regina se rió, arrastrando a
Rino y Celes desde el pasillo.
"¡Hmph! ¡Qué injusto!
Arian es la única que recibe un abrazo...!"
"DeberÃa haber sabido que
la heroÃna de la Diosa inmunda tomarÃa toda la ventaja".
"¡¿Q-Qué?! ¡Eso no es lo
que está pasando aquÃ!"
Cuando sus frÃas miradas la
atravesaron, Arian prácticamente se apartó de un salto.
Fue el turno de Regina de
suspirar. "DeberÃas haber aprovechado esa oportunidad para mostrar tu
vÃnculo. Si no, nunca se aseguraran de su relación".
"Tengo la impresión de
que hablas por experiencia", observó Shinichi.
"Porque asà es. Aunque
tuvimos un matrimonio feliz, hubo muchas mujeres que intentaron interponerse
entre nosotros y dar a luz a sus hijos." Regina se encogió de hombros.
"Entendido".
Shinichi parecÃa satisfecho con su respuesta.
Cualquier hijo del Rey Demonio
Azul poseerÃa una magia superior a la de cualquier demonio normal.
TenÃa que haber mujeres que se
murieran por tener sus bebés, aunque no se casara con ellas.
"Supongo que el amor
maternal podrÃa ser querer hijos fuertes, si la fuerza es la moneda común entre
los demonios".
"Bueno, pensé que eran
una molestia".
"¿Qué hiciste con ellas?"
"No las maté. No del
todo".
" Uh-huh".
Shinichi no la presionó.
Basándose en su sonrisa, tenÃa
que ser algo atroz.
"Bien. Suficiente de
charla, futuro yerno".
"¿Estás hablando a
mÃ?"
"¿A quién más? De todos
modos, ¿estás al tanto de eso?"
"......"
Con una expresión dolorosa,
Shinichi permaneció en silencio mientras Regina, con los ojos muy centrados en
él, señalaba la cara dormida de Nozomi.
"Basándome en esa
reacción, supongo que lo sabes".
"¿Hmm? ¿Le pasa algo a
Nozomi?" preguntó Rino.
"......"
Pero Regina se negó a decir
más, Rino no continuo, una expresión agria se instaló en su rostro. Después de
un insoportable momento de silencio, Shinichi pidió un favor.
"¿PodrÃas echarle un
vistazo? Mi magia podrÃa haber pasado por alto algo".
"Por supuesto". Regina
se acercó a la cama.
Shinichi se aferraba a la
última pizca de esperanza, sabiendo que era imposible.
Colocó la palma de la mano en
la frente de la chica, concentrándose en sus emociones internas. "Revela
tus pensamientos secretos. Mind Reading ".
El hechizo épico le permitÃa
leer los pensamientos, sondeando los más profundos recovecos de la psique de
alguien. ExistÃa el riesgo de que su propia mente se fusionara con el cerebro
del objetivo. En el peor de los casos, su propia mente serÃa destruida.
Aun asÃ, lanzó el hechizo sin
dudarlo, no porque fuera fuerte, sino porque no habÃa nada con lo que su mente
pudiera fusionarse.
"Está completamente en
blanco. Nada".
"Lo sabÃa..." La
cabeza de Shinichi colgaba con decepción.
"¿Qué significa
eso?"
Regina respondió a Arian.
"No hay recuerdos. Sin personalidad. Sin cerebro. Es una muñeca
vacÃa".
"¿Qué? ¡Pero Nozomi está
viva!" gritó Rino conmocionada, tocando a la chica.
Su piel estaba caliente por la
sangre. Su pecho se elevaba con cada respiración. Pero estar biológicamente
viva y estar consciente eran muy diferentes.
"Si no me crees, lanza tú
misma Mind Reading. Lo entenderás cuando no encuentres nada".
"Lo haré", se
ofreció Celes, poniendo la mano en la frente de la chica.
Su expresión comenzó a endurecerse
mientras escudriñaba el cerebro.
"...Tienes razón. No hay
recuerdos ni emociones".
"¿Ves? Eso no es un
humano vivo. Es una muñeca hueca hecha de carne".
Aunque sus órganos vitales
funcionaban, no podÃa caminar o hablar por su propia voluntad, lo que
significaba que estaba más cerca de un estado vegetativo como un coma. Excepto
que incluso un coma permitÃa una recuperación milagrosa.
Esta muñeca nunca tuvo una
psique, lo que significaba que no habrÃa una cura milagrosa, y no habÃa ninguna
posibilidad de que abriera los ojos.
"Supongo que tiene
sentido si lo piensas". ParecÃa enfadado mientras le tocaba la mejilla.
"Nozomi murió hace ocho
años. Fue incinerada, no quedó ni un mechón de pelo. Toda la información de su
cerebro desapareció. No se guardó ningún ADN. No hay forma de que haya sido
resucitada".
"Eso significa..."
Celes recordó que Shinichi le
contó sobre eso cuando hablaron por primera vez. Sin recuerdos intactos, no
habÃa forma de traer de vuelta a alguien. Ni siquiera como una copia como el
"Swampman[2]".
"Esto sólo se parece a
ella. Incluso su composición genética es diferente". Shinichi lamentó no
haberse dado cuenta antes. "Elazonia lanzó Create Life. No Resurrección,
que trae de vuelta a los muertos. En su lugar, creó una copia de Nozomi".
"¡¿Puede hacer
eso?!", preguntó Arian con incredulidad.
"Si tienes suficientes
conocimientos cientÃficos y magia", respondió Shinichi, frunciendo las
cejas. "Los humanos están hechos de agua, proteÃnas y grasas. Con los
materiales adecuados, se puede crear un cuerpo humano, como con Element
Conversion. No es la primera vez que lo usa".
"¿De verdad?"
"Resucitando a los
héroes. Ella puede construir nuevos cuerpos de la nada, incluso después de que
sus cuerpos sean borrados."
"No..."
Arian no conocÃa el
experimento mental de "Swampman", pero instintivamente sintió miedo. Nunca
habÃa muerto──protegida por su poder de medio dragón y su cautela como cazadora
de monstruos. Sin embargo, si hubiera decidido luchar contra el Señor de los
Demonios reapareciendo en lugar de huir, se habrÃa convertido en una
"Swampman" como el resto.
Se estremeció al pensarlo.
Shinichi le puso la mano en el hombro.
"Nozomi murió en otro
mundo, lo que significa que Elazonia no deberÃa tener acceso a su información genética,
lo que le impide hacer un clon adecuado. Pero hay muchas formas de crear algo
que se parezca a ella".
Elazonia podrÃa haber
encontrado a alguien que se pareciera a Nozomi y analizar su ADN a partir de un
mechón de pelo, que servirÃa de plantilla para el clon. Al retocar sus rasgos
faciales con magia, la diosa lograrÃa hacer su creación.
"Asà es como debe haber
hecho a Fey", añadió Shinichi.
"¡¿Qué?!" gritó Rino
con una sacudida al recordar las palabras de Elazonia. "¿A eso se referÃa
cuando la llamó muñeca falsa...?".
"Es difÃcil construir una
personalidad de la nada. Imagino que hizo referencia a una persona existente
antes de instalar los cambios necesarios".
La referencia podrÃa ser un
familiar o incluso un personaje de manga. Al precargarlo con miles de
opiniones, el muñeco serÃa prácticamente indistinguible de un humano real.
Era como una versión más
sofisticada de un chatbot, potenciada por la magia. La única diferencia era que
este software no se instalaba en un ordenador, sino que se inyectaba en un
cerebro vivo. Eso significaba que era tan orgánico como un humano, lo que hacÃa
casi imposible distinguirla de una persona real.
"PodrÃa haber notado que
algo estaba mal si realmente hubiéramos hablado..."
A Fey le habÃan hecho
infiltrarse en el grupo de Shinichi durante su búsqueda en la Tumba de los
Elfos.
HabÃa sido convincente en su
papel de "aspirante a exploradora de una familia adinerada".
Pero si se hubiesen desviado
del guión y hubiesen centrado la conversación en los cumpleaños de sus padres y
en los nombres de sus vecinos, su historia se habrÃa venido abajo.
Su error habÃa sido mantenerla
a distancia desde que Shinichi sospechaba que era una enemiga. Además, sólo
llevaban dos dÃas juntos, por lo que le resultaba difÃcil detectar cualquier
agujero en su historia. Shinichi lo lamentó.
Celes intentaba atar cabos.
"¿Significa que era un
buen golem?"
"Estás en el camino
correcto".
Rino gritó. "¿Un gólem?
¿Cómo puedes ser tan mala? Fey era..."
Aunque sus recuerdos hubieran
sido fabricados, Fey habÃa divulgado su sueño de convertirse en exploradora con
ellos, habÃa protegido a Rino del ataque de legión, habÃa mostrado esa sonrisa
llorosa antes de su muerte. ¡Las emociones de Fey no podÃan ser falsas!
"¡No la llames muñeca!
¡No la llames falsa! ¡Me siento tan mal por ella!" Rino protestó entre
lágrimas.
"...Tienes razón. Estaba
viva. Igual que nosotros". Shinichi la acercó.
Aunque hubiera sido creada
para impulsar una determinada estrategia, Fey tenÃa corazón. Si hubiera seguido
conociendo e interactuando con la gente, si hubiera seguido aprendiendo y
construyendo recuerdos orgánicos, se habrÃa convertido en una "humana".
Al igual que Shinichi.
Antes de tener la oportunidad,
su creador le habÃa quitado la vida.
"¡Odio... que no haya
podido hacer nada...!"
Ella no pudo salvar a Fey. De
hecho, su única contribución habÃa sido convertirse en rehén de Elazonia. Y eso
habÃa llevado a la captura de su padre.
La carga de ese incidente era
demasiado para Rino, que nunca habÃa experimentado nada de ese calibre viviendo
con su sobreprotector padre.
Sin embargo, Shinichi se
alegró de verla afrontar el problema en lugar de derrumbarse.
"Yo también. Por eso
tenemos que trabajar duro para recuperar al Rey Demonio".
"...¡Está bien!"
Rino se secó las lágrimas.
Shinichi asintió, sonriendo,
antes de volverse a mirar a la chica dormida.
"Nozomi no tiene corazón.
No como Fey..."
"¿Cómo sabe la Diosa
sobre ella?" preguntó Arian de repente.
Ella entendÃa que era posible
hacer una réplica exacta de alguien con suficiente conocimiento y magia, pero
Shinichi era el único que conocÃa la apariencia de Nozomi.
Shinichi tenÃa una expresión
de dolor.
"Elazonia buscó en mi
mente usando Mind Reading a través de Fey".
Cuando habÃan sido atacados
por los fantasmas de los antiguos gólems de seguridad en la Tumba de los Elfos,
se habÃan retirado a la aldea de los elfos. Esa noche, se habÃa despertado de
su sueño con un fuerte dolor de cabeza y con Nozomi a su lado. Debió ser
entonces cuando sus recuerdos fueron sondeados.
Lo que explica por qué soñé
con Nozomi. Y por qué me latÃa la cabeza como si hubiera lanzado Search.
Shinichi se sentÃa molesto por
su error, deseando haberse dado cuenta antes.
"¿Pero por qué la Diosa
buscaba en tus recuerdos?" preguntó Celes.
Elazonia ya habÃa conseguido
un objetivo: acercarse a Rino para capturar al Rey Demonio. Sin embargo, se
habÃa arriesgado a revelar sus planes haciendo que Fey lanzara Mind Reading, lo que implicaba que
habÃa tenido el deseo de buscar en su mente... por alguna razón.
Shinichi parecÃa tenso.
"Probablemente para
buscar cualquier debilidad del Rey Demonio, aparte de Rino. O está interesada
en mà por alguna otra razón".
“¿Crees que la Diosa está loca
por ti? ConsÃguete una vida”, espetó Celes, lanzándole una mirada frÃa.
"¡No me referÃa a
eso!"
Por un momento, Shinichi dejó
que sus labios esbozaran una pequeña sonrisa... pero no tardó en fruncir el
ceño.
"Elazonia lleva mucho
tiempo observándonos. Está claro por el momento en que Fey se unió a nuestro
equipo. Y fue entonces cuando empezó a preguntarse por el chico de pelo
negro".
Como tercero, habÃa difundido
rumores, destruido reputaciones, dañado planes de actuación y jugado el papel
de un Dios Maligno para derrotar a los héroes. Las estrategias de Shinichi no
eran imposibles de ejecutar por un humano en Obum, pero sin duda eran fruto de
una imaginación retorcida.
"Imagino que se
preguntaba si yo era un superviviente de la antigua civilización".
Aunque sólo habÃan descubierto
cuerpos de elfos en la Tumba de los Elfos, tenÃan constancia de los primeros
humanos del libro sagrado. Si Shinichi habÃa sido resucitado por el dispositivo
de hibernación, eso explicarÃa su comprensión del mundo.
HabÃa pruebas fÃsicas de que
los conocimientos antiguos se habÃan transmitido en el Bosque Cemetarium, hogar
de los descendientes de los elfos de la antigua civilización. Los aldeanos
poseÃan conocimientos técnicos más avanzados que los humanos, incluida la
capacidad de utilizar el hormigón, un invento moderno.
"Yo mismo me habÃa
preguntado si habÃa viajado a la Tierra pasada en lugar de a otro mundo. No es
imposible que piense lo mismo".
"Uh-huh". Arian
asintió.
"Y Elazonia tiene algún
tipo de conexión complicada con la antigua civilización".
ParecÃa plausible que la Diosa
utilizara el mismo método que los dispositivos de hibernación de la Tumba de
los Elfos para resucitar a los héroes, guardando la información de la mente.
Eso explicarÃa por qué ordenó a los héroes que destruyeran la tumba, lo que
conectaba esta tecnologÃa con ella.
"No sé si ella estaba
planeando matarme o utilizarme si yo era del pasado. Pero ella querÃa llegar al
fondo del asunto".
"Por lo que sondeó tus
recuerdos..."
"Y se enteró de que yo era
de otro mundo, se topó con mi debilidad y utilizó a Nozomi en su
beneficio".
Era mejor callar a la mente
maestra que intentar matarlo, lo que enfurecerÃa a los demonios y la alejarÃa
de su objetivo de capturar al Rey Demonio.
"Además, logró
intimidarnos al lograr algo que era imposible para el Rey Demonio: resucitar a
los muertos de otro mundo".
"Excepto que era una
falsificación. Un truco barato". Regina sonrió, impresionada por las
detestables tácticas de Elazonia.
Shinichi le ofreció una
sonrisa seca, acariciando la mejilla de la chica.
"Una falsificación.
Exactamente. Ni siquiera tiene recuerdos fabricados como Fey".
La calidez irradiaba de su
piel. Casi podÃa imaginarse a Nozomi cobrando vida y soltando alguna estupidez.
...Excepto que no habÃa ningún
mundo en el que ella abriera los ojos.
Cualquier persona normal
habrÃa rezado por lo imposible en una emotiva súplica.
Sin embargo, Shinichi era un
estoico estudiante de ciencias, aunque desanimado.
Evaluó la situación y confirmó
con magia que ella nunca despertarÃa.
"Es suficiente. No te
hará sentir mejor". Regina le impidió seguir tocando a la chica. "La
convertiré en polvo. ¿Estarás de acuerdo con eso?"
"...SÃ". Su cabeza
se agachó, ocultando su dolor.
El rostro de Rino se nubló de
preocupación. "Mamá, ¿qué le vas a hacer a Nozomi?"
"Esta no es Nozomi. Ni
siquiera está viva. La voy a devolver a la tierra".
"¡¿Qué?! ¡ero...
Nozomi... ¡todavÃa está viva...!" Señaló las mejillas sonrojadas y el pecho
que se levantaba.
Regina se limitó a negar con
la cabeza. "Nunca tuvo corazón. Ni siquiera puede comer en este estado, lo
que significa que morirá en tres dÃas".
"Pero..."
"Unos pocos meses, como
mucho, si le damos puré de carne. ¿Pero qué sentido tiene cuidar de un muñeco
dormido? Sólo vamos a sufrir más tiempo".
"......" Rino guardó
silencio, incapaz de argumentar contra la lógica.
Su madre puso el último clavo
en el ataúd. "O puedes usar la magia para transformarla en tu golem de
carne personal".
"¡¿Qué?!"
"Es posible con tu magia.
Como lo que El-algo-u-otro hizo con Fey".
"¡Yo nunca podrÃa!"
Rino se resistió.
"Entonces nuestra única
opción es devolverla a la tierra".
Rino no se atrevÃa a controlar
a la moribunda chica──le habÃa roto el corazón ver a Fey usada y desechada como
un trapo viejo.
Aunque lo entendÃa, no pudo
contener sus lágrimas.
"Odio esto... ¡No hicieron
nada para merecer esto...!"
"Entonces pongamos fin a
esto". Shinichi acarició el pelo de Rino y asintió a Regina.
La Princesa Azul de la Guerra
abrió la ventana de la habitación de invitados, abrazando el pequeño cuerpo en
sus brazos.
"Rompe las cadenas que lo
atan todo. Transfórmalo en polvo de luz. Disintegrate".
Un resplandor comenzó en sus
manos y bañó el cuerpo de la niña, disolviéndolo en moléculas.
Una fina arena salió por la
ventana, desapareciendo en el cielo bajo el sol azul.
Shinichi ofreció una oración a
su forma vacÃa.
No puedo culparla por sus
métodos, diosa Elazonia.
Era una estrategia básica:
encontrar su talón de Aquiles. No era cobarde. Shinichi habÃa hecho su parte
justa de cosas desagradables. No estaba en posición de juzgarla.
No vengas a llorar cuando te
dé a probar tu propia medicina.
La diosa Elazonia no tenÃa
cabida en sus planes para un mundo de diversión, donde las vidas inocentes no
fueran explotadas para el beneficio de otros.
Shinichi miró por la ventana
mientras la luz del sol azul se desvanecÃa, dibujando las cortinas de la noche.
En su puño fuertemente cerrado
apareció sangre.
[1] SB: Por si no entendieron es un dicho
similar a uno que hay en Japón por eso Shinichi niega que sea asi el dicho
[2] SB: es el tema de un experimento de
pensamiento filosófico presentado por Donald Davidson. En el experimento,
Davidson es alcanzado por un rayo en un pantano y se desintegra;
simultáneamente, se hace una copia exacta de Davidson, el Hombre del Pantano,
de un árbol cercano y procede a través de la vida exactamente como lo habrÃa
hecho Davidson.
NT:
Bueno yo de nuevo, debo decir que mañana me voy de viaje de nuevo y no tendre internet disponible, ¿cuando regresare? pues no tengo ni idea, puede que el dia domingo o puede que me demore mas pero ya les aviso que no andaré en mi casa xD