Sekai Ichi Kawaii Musume ga Ai ni Kimashita yo? Capítulo 2: Una vez más el biberón de Erinee

 

Capítulo 2

Una vez más el biberón de Erinee

 

"Hic… gh… u-uh… Snif…"

 

Después de toparnos con Ririka, al volver a casa nos quedamos frente a frente en un rincón de la habitación, sin siquiera cenar.

Touka estaba hecha bolita, abrazándose las rodillas; sin limpiarse ni las lágrimas ni la mucosidad que no dejaban de salir, se había quedado en un estado de aturdimiento.

Como lloraba en silencio sin levantar la cara, hasta a mí se me hacía un nudo en el pecho.

 

"Gu, uo… uoooon… bu, bubuuoon… oo—n!"

"No hagas esos sollozos que suenan como un motor. Anda, suénate la nariz, ¿sí? Se te está arruinando esa cara tan linda. Tu encanto baja un diez por ciento."

 

Le limpié la cara a Touka a la fuerza con un pañuelo, dejándola bien aseada. Esperaba que me soltara algo como "¿¡Solo un diez por ciento!?", pero ni eso.

Touka seguía hundida, pero con los ojos llenos de lágrimas gritó:

 

"¡Pero, padre! ¡Ririka-san… Ririka-san…!"

 

 

¡Se había olvidado de mí!

 

 

Sí. Aquella frase que Ririka soltó al encontrarse cara a cara con Touka fue despiadada.

Yo, que incluso había esperado una conversación cálida como la de cuando se reencontró con Rio, no tuve más remedio que quedarme, lógicamente, perplejo.

 

 

"¿Quién es esa chica?"

 

Ririka miró de reojo a Touka, que levantaba los brazos para abrazarla, y luego me fulminó con la mirada.

Normalmente Ririka se la pasa sonriendo, pero cuando te mira con un disgusto tan claro, da un miedo inevitable. ¿Qué hago? ¿Le explico lo de Touka?

 

"Ririka, primero cálmate y escúchame."

"¡Nooo! ¡Suéltame!"

"¿Eh? ¡Si ni siquiera te he tocado!"

"Ah, cierto. Me equivoqué. Entonces otra vez… ¡nooo! ¡Suéltame!"

"¡Qué rápido te volviste razonable! ¡Y no sueltes bromas que en voz alta ni se entienden bien!"

 

Intenté aclarar el malentendido, pero Ririka, aunque bromeara, no dejaba de rechazarme y no quería escuchar.

Es más: ese enorme malentendido no hacía más que empeorar.

 

"¿O sea que sales con Sorane y aun así querías ‘cultivar el amor’ también con esa niña? ¿Me rechazaste, en la escuela te la pasas pegado a Rio, y todavía no te basta? ¡Maldito… libido!"

"¡No trates a la gente como si fueran un concepto! ¡Al menos compárame con algo! ¡No es eso, escúchame!"

"¡En el hotel pasaste una noche ardiente conmigo, ahora te has encaprichado con esa niña! A mí, que por el desamor soy un fantasma del amor… ¿cómo puedes tratarme así?… Qué bajo. Eres de lo peor, Iku."

"¡Pero si no pasamos nada! Para ser exactos, cuando estábamos en secundaria, tú solo me engañaste para intentar llevarme alli y… ¡!"

 

Ririka se me echó encima de golpe y me agarró del cuello de la camisa.

Tenía una expresión aterradora; más que tristeza, se sentía rabia y una voluntad férrea.

 

"Ya lo decidí. Ya no voy a reprimir mis deseos."

"Ririka, ¿qué vas a…? ¡Guh!"

 

Intenté resistirme, pero Ririka tiró de mí con aún más fuerza.

 

"Qué pesado. Ya no voy a contenerme ni por Sorane, ni por Rio, ni por esa niña tan linda de ahí. ¡Voy a hacer lo que me dé la gana para cumplir mis deseos!"

 

Dejando esas palabras inquietantes, Ririka me empujó y se marchó.

Durante todo ese rato, Touka se quedó inmóvil con los brazos abiertos, como si fuera una estatua o una cantante famosa; no pude ni hablarle.

La jalé a la fuerza de la mano mientras seguía rígida y, en cuanto volvimos al apartamento, terminó pasando esto.

 

"…Si a Ririka también le pasó algo, investigando lo de Sorane debería salir a la luz. Así que no llores tanto, Touka."

 

Le acaricié la cabeza a Touka, que seguía en esa postura sin moverse, intentando calmarla.

Quizá ya se le acabaron las lágrimas y la mucosidad: aunque aún se le colaban algunos sollozos, por fin parecía recuperarse lo suficiente como para poder responderme bien.

 

"Pero, padre… ¿no siente como si nos hubieran tendido una trampa? Antes de emitir la operación NTR, esto era lo que yo temía: la posibilidad de que Ririka-san y Eri-nee-san se hubieran olvidado de mí."

"¿O sea que hubo un cambio en los recuerdos, y Sorane podría aprovecharse de las dos mientras siguen sin recordar a Touka?"

"Sí. Y eso se volvió realidad. Me reconocieron como una ‘tercera mujer’ que no es ni la novia de ti, ni su mejor amiga… y… y me terminaron odiando…"

 

Touka se secó las lágrimas que volvían a asomarle y me apretó fuerte la mano, como suplicando que, al menos yo, como padre, no se olvide de ella.

 

"Pero Ririka, a diferencia de Rio, no recuperó la memoria ni siquiera al ver a Touka. Ya sé probamos hablar con las cosas que están en el diario, pero quizá en ese punto era imposible explicar la situación."

"Eso… sí, pero…"

 

Touka dejó escapar una voz débil, pero no le siguió ninguna palabra de negación.

¿Qué puedo hacer a partir de ahora?

 

"…Hagamos la última ‘cita’ con Eri-nee. Y la pondremos frente a Touka."

 

Al oír mis palabras, Touka abrió los ojos, sorprendida.

 

"¡P-pero, padre! Si Eri-nee-san se hubiera olvidado de mí, ¿no se volvería esto aún más enredado que nunca?"

"Lo sé. Pero es muchísimo mejor que tenerla como enemiga."

 

Si el plan de Sorane logró enredar a Ririka, entonces debemos movernos antes de que dé su siguiente golpe.

Aunque se haya olvidado de Touka, si es Eri-nee quizá coopere si le explicamos toda la situación.

 

"Touka. ¡Tu padre lo hará! Con el amor que me dio mi querida hija la vez pasada encendido en el pecho, ¡haré que la cita con Eri-nee sea apasionada!"

"¡E-espera, espera! Porque yo… si vuelven a olvidarse de mí… entonces, del shock, quizá me den ganas de desaparecer de este mundo… ¡uhhyaaa!"

 

A Touka, que empezó a decir algo tan débil impropio de su personaje, la abracé con todas mis fuerzas.

Mi hija es de verdad una tonta. No pensé que fuera tan tonta hasta este punto.

Por eso, se lo digo.

 

"Touka. Si te dan ganas de desaparecer, puedes desaparecer. Si este mundo te harta, puedes volver al futuro, no me importa. Pero no lo olvides: ¡tu padre jamás te olvidará, ni aunque me muera! ¡Si hace falta, estoy dispuesto incluso a desaparecer contigo!"

 

Cuando grité lo que sentía y la solté, ahí estaba: una sonrisa de oreja a oreja.

Relajó los labios e intentó ocultarlo como pudo, pero una vez que esa sonrisa apareció, ya no se fue.

 

"Eh, ehe… ¡Ya basta! ¡Estoy tan feliz que se me rompieron los músculos de la cara! Hacerle esto a una hija que todavía no se casa y que además ‘aún no se ha vuelto rara’… ¡te vas a hacer responsable, ¿sí?! ¿¡Sí?!"

 

Touka me volvió a apretar fuerte la mano. Pero esta vez no era por miedo.

 

"¡Pase lo que pase, en el futuro haré que usted sea mi padre! ¡Y como me va a mantener, quiero que se prepare! Entonces… ¿planeamos esto? ¡Como la vez pasada!"

 

Ah… al final, esta es la forma que mejor nos queda como padre e hija. Touka va al frente, y yo la sigo cuidándole la espalda: ese es “nuestro ahora”. Y por ahora, está bien así.

En el futuro, haré las cosas bien para que Touka crezca viendo mi espalda (mi ejemplo), como debe ser.

 

 

 

 

Al día siguiente. Le avisé a Rio que faltaría a clases y me dirigí a cierto lugar.

A las nueve de la mañana. En los torniquetes de la estación, ya pasada la hora pico donde la gente que va al trabajo y a la escuela, había poca gente y por fin volvía la calma.

En medio de eso, encuentro a una mujer con un suéter negro de punto y un cárdigan ligero encima; en vez de la falda que ya me resulta familiar, llevaba unos skinny ajustados… Espera, ¿no la estoy observando demasiado? ¿Qué soy, un pervertido?

 

"Eri-nee, buenos días."

 

Justo cuando esa mujer—Eri-nee—iba a pasar los torniquetes, le hablé por detrás y sus dos hombros dieron un gran brinco.

 

"¡Uhhya!… ¿I-I-chan? ¿Qué haces aquí? ¿Y la escuela?"

 

Seguramente la asusté al hablarle de golpe. Eri-nee, nerviosa, miró alrededor y luego me preguntó por qué, siendo un día de semana, yo estaba sin el uniforme escolar.

 

"Tranquila, Eri-nee. Hoy estoy solo. Sorane no está."

"A-ah, ya. Menos mal… ¿Eh? Entonces… ¿y la escuela? Ya es la primera hora, ¿no?"

"Me la salté. Es mi primera falta desde que pasé a segundo de bachillerato, ¡así que por hoy está bien!"

"¿S-saltarte clases? ¡I-chan se volvió un delincuente! ¿Como tutora debería ir contigo a disculparme en la escuela? ¿O debería ir a presentarme con el papá de I-chan?"

"¿No crees que esa ‘presentación’ de la segunda opción tiene otra intención? En fin… Yo vine pensando en tener una cita contigo, Eri-nee, y ahora me decepcionas."

 

Cuando lo dije riéndome, la expresión de Eri-nee volvió a congelarse.

Y es normal. Desde que Sorane declaró la guerra en aquella llamada grupal del “club de mamás”, esta era la primera vez que nos veíamos así. Es decir…

 

"¿Me estás invitando… a una última cita… conmigo?"

 

La voz de Eri-nee temblaba, y la mano con la que apretaba el bolso de hombro estaba rígida.

Siguiendo las reglas que Sorane impuso, quizá se había preparado para que hoy fuera “la última” cita. Pero no era eso.

 

"No. Solo vine por mi cuenta porque quería verte. Quería que me acompañaras a comprar algo. Eri-nee, ¿hoy tienes clases en la universidad?"

"¿…Eh? Bueno, hoy no tengo clases; pensaba ir a comprar a la librería, pero… ¿eh? Pero Sorane-chan dijo que la cita era solo una vez…"

"Bien, entonces hagámoslo así: esto es una cita secreta entre tú y yo."

"¿C-c-cita secreta…? Eso, socialmente, significa algo como… ¿una infidelidad entre hombre y mujer…?"

 

Eri-nee se puso roja de pies a cabeza, pero yo no dejé escapar la esperanza que le brilló en los ojos.

Se le notaba que esperaba mis siguientes palabras, como una niña pidiendo un juguete.

 

"Sí. ¡En ese sentido! ¡Quiero tener una cita secreta contigo, Eri-nee!"

 

Lo digo con la misma ligereza que “¡quiero una salida de amigos!”, pero esto es una propuesta de lo peor.

Pero bueno, tampoco es que esté saliendo con Sorane, así que debería estar bien. Aunque una colegiala que pasó hace un momento me miró con desprecio. ¡Estas atrasada, apúrate!

 

"¡Siii! ¡A tu hermana le encantan las ‘citas secretas’! ¡Soy súper buena en eso!"

 

Eri-nee se colgó de mi brazo y mostró una sonrisa boba en plena vía pública.

 

"¿Está bien esto?… La inteligencia de Eri-nee se volvió la de una primaria. ¿Qué significa ‘soy buena’? ¿Has tenido citas secretas con alguien que no sea yo?"

"Jejeje. Secreto. Tu hermana quiere ser un ser misterioso."

"¿Tú, que antes te mezclabas con niños de primaria para obsesionarte pescando cangrejos de río en el estanque, quieres ser misteriosa? Ah, me duele, así que por favor no me pellizques el lóbulo de la oreja."

 

Eri-nee, gruñendo un “gnnng”, me pellizcó el lóbulo con dos dedos. ¿Qué es esto, un cangrejo de río?

 

"Bueno, en realidad la experiencia en citas secretas que tengo es de: ¡cero! Pero mira, ¡tu hermana es súper buena guardando secretos!"

"Más bien, no creo que exista alguien tan abierta como tú, Eri-nee. El otro día incluso dejaste una novela para adultos en tu cuarto."

"¡P-pero eso! Eso no era… ¿eh? ¿Qué era eso, exactamente?"

 

Por un instante pensé que quizá le había vuelto el recuerdo sobre Touka… pero parece que no.

También perdió los recuerdos relacionados. Incluso lo que hicimos en aquella habitación, o el hecho de haber enterrado en la escuela esa viola[1] de recuerdo… probablemente lo ha olvidado todo.





"¿Eh? ¿Era una historia de cuando fui al cuarto de otra chica…? Si no lo recuerdas, no importa. Por ahora, vamos al centro comercial que está frente a la estación de al lado, ¿sí, Eri-nee?"

"¡Ah, oye! ¡I-chan! ¡Acabas de decir algo que no puedo dejar pasar! ¿Vas al cuarto de otras chicas? ¿O sea que eres bueno en eso de las citas secretas? ¡Yo no tengo experiencia, ¿eh?! ¡Oyeee!"

En la cita secreta de hoy, da igual si existen o no los recuerdos del pasado.

¡Si se perdieron, entonces basta con crearlos otra vez!

 

 

 

 

 

En el tren hacia la estación vecina, Eri-nee no dejo de hablar ni un segundo.

Quizá porque últimamente solo nos saludábamos en la calle. Habló de una compañera que se casó, de una película que vio hace poco… y la charla ligera siguió y siguió sin fin.

Tal vez le resultaba divertido poder estar conmigo sin reservas, como antes. A mí me pasaba lo mismo: incluso pensé que quería escucharla más… no, que quería escucharla para siempre.

Bajamos del tren, entramos al centro comercial conectado a la estación y nos dirigimos a la librería del primer piso.

No es una librería que yo suela usar, pero es más grande que cualquier otra de la zona, y a veces vengo a comprar libros de apoyo cuando los necesito.

Aunque el “destino” de hoy no es este.

 

"¡Llegamos, I-chan! ¿Así que esta es la famosa librería? ¿Dónde están los grimorios de la magia de fuego?"

"Eri-nee… ¿puedes dejar de romper el ‘mundo’ de la conversación de golpe con lo último? Esto no es un isekai, ¿ok?"

 

Entre lo de Touka el otro día y esto… ¿será cosa mía, o hay demasiadas chicas a mi alrededor que sueñan con otros mundos?

 

"Yo no tengo nada en particular que quiera comprar, así que te acompaño con lo tuyo, Eri-nee."

"¿De verdad? ¡Entonces vamos a hurgar novelas juntos! Tu hermana es un ratón de biblioteca, así que necesito al menos diez libros en reserva. ¡Me leo más o menos eso en un año!"

"¿En serio crees que alguien que solo lee diez libros al año tiene derecho a llamarse ratón de biblioteca?"

"Ajajá. Más bien, en los libros acumulados sin leer salen bichitos, y cuando te das cuenta, en la esquina del cuarto hay un montón de—"

"¡Ya, ya, paraaa! ¡No quiero oír historias de terror asííí!"

 

Ese sí sería un “gusano de libros” de verdad. “De verdad”, literalmente. Ah… se me pudrió el cerebro. Esto me suena a déjà vu.

 

"Además, tu cuarto está súper ordenado; eso debe ser mentira."

"Sí. ¡En realidad no era yo, era una compañera! Ah… ¡q-qué desastre!"

 

Mientras caminábamos por el amplio piso conversando, Eri-nee pareció darse cuenta de algo.

Se puso delante de mí apresurada, abrió los brazos y trató de desviarme lentamente hacia otra dirección.

 

"Eh… Eri-nee, ¿pasa algo?"

"Es que… hay unos libros que podrían ‘dañar’ los ojos y la mente de I-chan."

"¿Libros? Ah, la sección de fotolibros de gravure."

 

No alcanzo a ver los libros de ahí, pero con mirar la publicidad colgada del techo se entiende: parece que salió un nuevo fotolibro de una gravure idol estudiante que está de moda.

 

"¡Si lees esas cosas desde pequeño es malo para tu educación! ¡Tu hermana no lo permitirá!"

 

Eri-nee siguió bloqueándome la vista con terquedad. Qué alto nivel de “defensa” tiene esta hermana.

 

"Ya no soy un niño, ¿sabes? Ah, cierto… perdón por arruinarte el esfuerzo, pero mi amiga de la infancia, el año pasado, me regaló un fotolibro de gravure hecho por ella misma."

"¿Lo quemamos?"

"…Eri-nee. Te refieres a quemar el fotolibro, ¿verdad?"

"¿Mmm? ¿No crees que, si no cortamos el problema de raíz, esos libros ‘malvados’ se van a seguir produciendo en masa?"

"¡¿Qué?! ¡Esta hermana quiere quemar a mi amiga de la infancia!"

 

Eri-nee se rió y dijo “es broma”, pero yo no pasé por alto que en sus ojos se le había apagado la luz. Eri-nee es de las chicas a las que se les apaga la mirada a menudo.

Luego elegimos varias novelas, y de entre ellas yo también compré una igual, y salimos de la librería.

 

"I-chan, ¡gracias por acompañarme a comprar! ¿Qué hacemos después?"

 

Quizá porque aún no había un destino claro, paseamos despacio por el piso.

Pero mis pasos, caminando medio paso delante de Eri-nee… se dirigían sin duda hacia “esa tienda”.

Bien, el lugar al que vamos ahora es…

 

"Entremos aquí, Eri-nee."

"¿Aquí…?"

 

Me detuve y señalé la entrada del local; Eri-nee se quedó sin palabras y se paró en seco.

Era una cadena muy famosa, reconocible por su mascota: un conejito.

Si en el futuro me encontrara con Touka, este sería el primer lugar al que iría.

 

"Eso. Es una tienda especializada en artículos para bebés. Quería… ‘estudiar’ un poco el futuro, digamos."

"…E-eso… ¿te refieres al futuro… con Sorane-chan?"

 

Como si la sonrisa alegre de hace un momento hubiera sido mentira, el rostro de Eri-nee se ensombreció.

No te preocupes, Eri-nee. Yo no tengo esa clase de mala intención.

 

"Eri-nee, ¿recuerdas lo que pasó el mes pasado? ¿Lo que ocurrió entre tú y yo?"

"Sí, ¿cómo podría olvidarlo…? ¿Te refieres a cuando fui hacia ti con un biberón en la mano, I-chan?"

 

Por un instante pensé que, después de todo, sí tenía el recuerdo de los “papá-arts” (las ‘cosas de papá’), pero…

Lo que Eri-nee dijo a continuación era algo que yo no recordaba haber vivido.

 

"Yo intenté darte de mamar, tú me rechazaste… y de ahí todo se puso incómodo. Encima tú terminaste saliendo con Sorane-chan, y a mí solo me quedó el arrepentimiento."

 

¿Este es el punto de quiebre? Probablemente, un recuerdo falso implantado por Sorane.

Entonces tendré que hacer que lo recuerde, aunque sea a la fuerza.

 

"¿Qué pasó con ese biberón?"

"Eh… ¿qué pasó…? No lo recuerdo, así que quizá lo boté. ¿Eh? ¡I-I-chan! ¿Por qué de repente me agarras la mano? ¿Qué pasa?"

 

En cuanto pregunté por el destino de los “papá-arts”, me di cuenta de que ya estaba caminando.

Para ser exactos, eso no eran los “papá-arts” que Touka trajo del futuro. Era otro biberón que Eri-nee había preparado por su cuenta, y ni siquiera lo usamos para amamantar… pero aun así.

Aun así, sentí como si mis recuerdos con Eri-nee hubieran desaparecido… y me dio rabia. Me dolió.

 

"Eri-nee, compremos un biberón."

"¿E-eh? ¿Un biberón? ¿T-tú y yo…?"

"Sí. Y quiero que usemos el biberón otra vez, para que recuerdes lo de aquel día. Parece que estás confundiendo muchas cosas, Eri-nee. ¡Por eso!"

 

Aunque las señoras y las parejas dentro de la tienda nos miraban fijamente, nos dirigimos hacia el área de biberones.

Que imaginen lo que quieran. Que nos tomen por recién casados si les da la gana. Eso no importa.

Porque ahora mismo, Eri-nee y yo solo estamos intentando recuperar lo que perdimos… ¡y ya!

 

"¡Eri-nee!"

 

Tomé un biberón del estante y se lo ofrecí a Eri-nee.

 

"¡Quiero que me dejes recrear aquel día otra vez! ¡Quiero volver a beber la leche de Eri-nee! Porque yo, contigo… ¡quiero crear un recuerdo que ya nunca vuelva a olvidar!"

 

Eri-nee no respondió nada mientras yo inclinaba la cabeza profundamente.

Pero… tras una breve pausa, me tomó la mano con suavidad.

 

"Sí… sí… ¡sí! Estoy feliz, I-chan. Que hayas escuchado mi capricho… de verdad me dan ganas de llorar. Es más… creo que ya estoy llorando. Jejeje."

 

Cuando levanté la cara, Eri-nee, secándose los ojos, tomó el biberón que le ofrecía con una ternura entrañable.

Si lo perdiste, recupéralo. Si hay recuerdos que desaparecieron, entonces créalos de nuevo.

Era tan simple. No hacía falta atormentarse tanto.

 

"Disculpen… clientes Si alzan la voz dentro de la tienda, podrían molestar a los demás clientes."

 

La dependienta nos llamó la atención con amabilidad a Eri-nee y a mí, que nos quedamos mirándonos.

Eri-nee se disculpó como una adulta diciendo "Lo siento…", pero tenía la cara roja, lágrimas de vergüenza asomándose en los ojos, los hombros temblándole… y ya no podía ni mirarla.

Por mi parte, ya me desinhibí, así que estoy bien. ¿Eh? Espera… ¿no será que, como persona, soy yo el que está mal?

 

 

 

 

 

 

Arrepintiéndonos de haber armado alboroto en la tienda, Eri-nee y yo compramos el biberón y volvimos a casa enseguida.

En el camino de vuelta, a diferencia de cuando veníamos, casi no hablamos.

Seguramente los dos nos quedamos callados imaginando lo que vendría después. Bueno, no sé qué se estará imaginando Eri-nee… pero para mí, lo de verdad empezaba ahora.

 

"E-entonces… ¿subimos?"

 

Regresamos al edificio de Eri-nee pasado el mediodía. A esa hora, no solo Rio y Ririka, sino también Sorane debería seguir en la escuela. Por si acaso, revisé alrededor y luego le devolví el asentimiento a Eri-nee.

 

"Sí… Supongo que entraré un ratito."

"Jejeje. Es que en mi cuarto hay por ahí algunas latas y botellas tiradas, ¿me das un momentito para ordenar? ¡Espérame frente a la puerta!"

 

Eri-nee abrió el seguro automático del lobby con su llave y entró primero a su departamento.

Yo, sintiendo una presencia “a mi espalda”, avancé despacio hasta la puerta del departamento de Eri-nee.

Al poco rato, desde el otro lado de la puerta se oyeron pasos ligeros y el sonido de latas rozándose; y enseguida, la puerta de la entrada se abrió de golpe.

 

"¡Perdón por la espera! ¡Vamos, entra! Hace mucho que no venías, I-chan."

"¡Entremos, Touka!"

"¡Entendido, padre!"

 

Nosotros, “padre e hija”, irrumpimos tal cual en el departamento de Eri-nee y de inmediato cerramos la puerta con llave.

Sí. La que estaba a mi espalda hasta hace un momento era Touka. Para poder pasar el seguro del lobby, estuvo esperando en una esquina a que Eri-nee y yo regresáramos. Visto desde fuera, esto parece un asalto en toda regla.

Eri-nee, abrumada por mí y por la misteriosa niña que apareció de la nada, terminó dejándonos entrar.

 

"¿Eh? ¿Q-quién es ella? ¿Esto es que I-chan va a atacarme? ¡Un chico menor, de secundaria, decidido… obligándome a la fuerzaaa! ¡Eso tampoco suena tan mal, pero si se puede, déjennos a solas, ¡por faaaavor!"

 

Quizá por la confusión, Eri-nee gritó cosas sin sentido y se dejó caer sobre la cama.

¿No será que esta universitaria… lo está disfrutando un poquito? …Debe ser mi imaginación, ¿no?

 

"Touka. Bien, empecemos."

"¡Sí, padre! ¿Quiere que salga y mate el tiempo unos treinta minutos? Ah… pero quizá la primera noche, tanto para él como para ella, se demora más, ¿no?"

"Eres una hija muy considerada, y te lo agradezco, pero ahora no hace falta esa ‘delicadeza’, ¿sí? Guárdatela para cuando en el futuro tu padre tenga una familia y esté en un buen momento con mamá por la noche. Dejando eso de lado…"

 

Me paré junto a la cama y me incliné para mirarla, como observándola desde arriba.

En cambio, Eri-nee parecía no entender nada de lo que estaba pasando. Y es normal.

 

"I-I-chan… tu hermana no se va a enojar si es ahora… y mira… ¡hoy hasta mi ropa interior es sencilla, no es ‘digna’ de mí, así que no! Ah… un beso así de repente, nooo… que me robes los labios con suavidad y me quites la ropa… no puedo resistirme… uuh…"

"Increíble. No he tocado ni un dedo y aun así el ‘teatro de fantasías’ de Eri-nee avanza solo, y sinceramente me da un repelús tremendo. ¿Es una alucinación en masa o qué? Pero no es eso, Eri-nee."

 

Me senté al borde de la cama y le planté la realidad en la cara a la hermana fantasiosa.

 

"¿No te acuerdas de Touka?"

"…Tou… ka."

 

Cuando dije ese nombre, Eri-nee desvió la mirada hacia la chica a su lado.

Kudou Touka. Mi querida hija, alguien importantísimo para mí y… una chica que, para Eri-nee, quizá también llegue a serlo en el futuro.

Incluso si no fuera por eso, pasamos “ese tiempo” juntos. Quiero que lo recuerdes, por favor.

 

"Vuelve…"

 

Por fin Eri-nee abrió la boca, y mi atención se clavó en cada palabra.

Vuelve”. ¿Y eso es todo, Eri-nee? Aún hay palabras que deberías decirle a Touka—

 

"¿Volviste… de verdad? ¡Touka-chan…! ¡Qué alegría!"

 

Y entonces, Chigusa Eriko rescató desde el otro lado del olvido…

el nombre de mi querida hija. Sus recuerdos. Como si negara un final sin salvación.

Tal como pasó con Rio y Touka, Eri-nee también la abrazó llorando.

No quedaba ni rastro de la “hermana universitaria” calmada y con aplomo.

 

"¡Quería verte, Touka-chan! Desde aquel día he estado deseando reencontrarme contigo… y aun así te olvidé… lo siento, lo siento… ¡perdón, perdónnn! ¡Te quierooo!"

 

Ahí estaba: como una madre dulce, acariciando a la niña mientras lloraba a mares.

Touka, a diferencia de Eri-nee que lloraba como una niña, sonrió con una ternura desbordante.

 

"¡Yo siento lo mismo, Eri-nee-san! ¡Esa sonrisa tan amable, lo llorona que eres, y sobre todo lo muchísimo que abrazas y acoges a los demás…! ¡Lo amo todo de ti! ¡Te extrañé tanto, tantísimo… quería verte!"

 

Y con una sonrisa aliviada desde el fondo del corazón, abrazó a esa hermana pura y llorona.

Pero tú también eres una llorona, ¿verdad, Touka? Desde aquí se nota perfectamente cómo aprietas los dientes con todas tus fuerzas para no dejar caer las lágrimas que se te juntaron en los ojos. De verdad… qué escena tan entrañable.

 

 

 

 

"Perdón, ustedes dos. Qué vergüenza que me hayan visto así. Hoy no he hecho más que llorar, ¿eh… yo?"

 

Los tres nos sentamos a la mesa del comedor y decidimos hablar de nuevo, con calma.

 

"No, si verte dando vergüenza no es algo que haya empezado hoy precisamente."

"Así es. Más bien a Eri-nee-san le queda mejor ese tipo de ‘vergüenzas’."

 

Touka y yo la animamos mientras bebíamos el té negro caliente que nos sirvió.

¿Así que esto es el lazo entre padre e hija…? Eri-nee pone una cara amarga, pero… ¿por qué será? ¿Le echo azúcar?

 

"¡No me acosen los dos juntos, padre e hija! Es cierto que olvidarme de Touka-chan quizá me descalifica como miembro del ‘club de mamás’, ¡pero lo siento! ¡Perdón!"

 

Eri-nee se desplomó sobre la mesa y se disculpó frotando la frente contra ella. Sí… definitivamente, a Eri-nee le queda bien este tipo de escena. Da tranquilidad.

 

"Entonces… ¿me lo explican? ¿Qué fue lo que le pasó a mi ‘memoria’?"

 

Pero cuando Eri-nee levantó la cara, tenía una expresión completamente seria, y Touka y yo asentimos con fuerza.

Y le explicamos la situación actual del “club de mamás”: que Rio conservaba la memoria; que Ririka no recordaba a Touka ni aun viéndola; que la verdadera naturaleza de Sorane era un misterio… todo.

 

"Ya veo. ¡Al encontrarme con Touka-chan lo recordé! ¡Sorane-chan me implantó recuerdos falsos!"

 

Después de entender cómo llegamos a esto, Eri-nee empezó a contarnos sin parar, jugueteando con su taza, qué había pasado desde que Touka desapareció.

 

"Después del feriado largo, Sorane-chan me llamó. No sé de dónde sacó mi número, pero no era alguien completamente desconocida para mí, así que hablé normal."

"¿Eh? ¿Tú y Sorane se conocen?"

"Sí. Si mi memoria no falla, se llevaba bien con Ririka-chan… ¿no? Solo nos vimos algunas veces en el camino a clases y nos saludamos."

 

Qué conexión tan inesperada. Y eso de que se lleve bien con Ririka, al menos en mi recuerdo, no existe.

Eri-nee dijo "¿sigo?" a modo de aviso y retomó.

 

"Por teléfono me dijo que tú y Sorane-chan estaban saliendo, y al principio me sorprendí. ¡Con todo lo que yo te di de mamar! ¡Qué hijo desagradecido!—eso pensé."

"¿Eh? Eri-nee, tu memoria sigue mezclada, ¿no? No fue ‘mucho’, ¿sabes?"

"Y entonces, cuando intenté hablar de eso, Sorane-chan me dijo: ‘Eri-nee-san, ¿usted no fue la que le exigió a senpai un “juego de lactancia” usando un biberón y la rechazaron, verdad?’"

"¿No me digas…? ¿Eri-nee-san aceptó una mentira así?"

 

Touka abrió los ojos, sorprendida, y Eri-nee asintió. Es difícil de creer, pero…

 

"Al oír eso, se me quedó la mente en blanco… y después, cuando me di cuenta, creo que ya la estaba felicitando. Ni yo entiendo bien lo que pasó mientras lo cuento."

 

Eri-nee sonrió con amargura y dio un sorbo lento al té ya frío.

Al parecer, eso fue todo lo que ocurrió entre Sorane y Eri-nee.

 

"Así que sí… parece que el cambio raro empezó cuando Touka volvió al futuro. Y por alguna razón, terminaste creyendo muy fácil las mentiras de Sorane… ¿por qué habrá sido?"

 

Este tipo de fenómeno solo lo entiende Touka. Le pedí ayuda con la mirada, y ella asintió suavemente y continuó.

 

"Ordenémoslo otra vez. Probablemente, antes de que yo llegara, el futuro de usted, padre, era incierto. Pero con mi intervención, quizá se ‘garantizó’ el futuro con las tres del ‘club de mamás’."

"Sí, eso lo dijiste cuando llegaste. ¿Y qué tiene que ver Sorane ahí?"

"Es una suposición, pero quizá Sorane-san también tenía la capacidad de formar parte del ‘club de mamás’. Pero como la vez anterior yo no la integré… ¿tal vez ‘se alteró’?"

"Si el pasado cambia, la existencia de Touka en el futuro ‘se altera’ y deja de ser mi hija para convertirse en una desconocida… del mismo modo, ¿Sorane también estaría cambiando…?"

"Sí. Al cambiar el futuro, quizá la existencia de Sorane en el pasado está a punto de ‘alterarse’: de ser la kouhai de usted, padre, a convertirse en alguien desconocida."

 

Por eso Rio y yo estábamos a punto de olvidarla. Por decirlo de algún modo, era la “fuerza correctora” del mundo.

 

"Y para resistirse a eso, Sorane-san miente. Para afirmarse como la novia de usted… de Kudou Iku, y así también convertirse en una de las del ‘club de mamás’."

 

Por fin empezábamos a ver el panorama completo de lo ocurrido.

Sorane no es una enemiga. En cierto sentido, es de los nuestros… y también una víctima.

Es decir: una “candidata a mamá” que quedó atrás por el cambio del futuro.

 

"Aun así, lo que vamos a hacer no cambia."

 

Miré alternadamente a Eri-nee y a Touka, inquietas, y les mostré una sonrisa.

 

"La operación NTR sigue en pie. Ya logramos recomponer la relación con Rio y con Eri-nee. Lo siguiente es ‘NTR’ a Ririka. Y al final, a Sorane, que quedaría sola…"

 

…Rescatarla de una realidad donde está a punto de ser olvidada.

Al oírme, las dos me miraron fijamente, sorprendidas.

 

"¡Pero, padre! Si Sorane-san no se arrepiente y no puede entrar al ‘club de mamás’, ¡mi existencia podría ‘alterarse’!"

 

Touka tiene razón. Pero eso sería solo si Sorane persiste en hacer el mal y actúa sin considerar mis sentimientos, a su antojo.

 

"Oye, Eri-nee… ¿cuál crees que sea la condición para ser parte del ‘club de mamás’?"

 

Le lancé la pregunta de golpe; Eri-nee se sorprendió un poco, pero respondió enseguida.

 

"Jejeje. Pues claro: querer muchísimo a I-chan y a Touka-chan, ¿no?"

"G-gracias… Dicho así de frente me da una vergüenza mortal, y además siento no haber encontrado aún una respuesta ‘correcta’…"

"Sí. Incluyendo eso: alguien capaz de amar a I-chan. Aunque tome tiempo, querer estar juntos. ¡Y sobre todo…!"

 

Eri-nee estiró la mano hacia la cabeza de Touka, sentada enfrente, y la acarició con una ternura enorme.

Touka se sonrojó por el gesto, pero también sonrió, sanada por el cariño de Eri-nee.

 

"Si estás llena de ‘mamaridad’, cualquiera puede entrar al ‘club de mamás’. Aunque no tengas herramientas como esos ‘papá-arts’ que recibimos, ¡con amor basta y sobra! ¡Eso es todo, habló la presidenta honoraria, Chigusa Eriko!"

 

Eri-nee sí que es distinta. No por nada me cuidó desde que yo era un bebé.

Si Sorane también tiene esa “mamaridad” de la que una vez me habló Touka, entonces con eso basta.

 

"Así que ya sabes. Oye, Touka… desde tu punto de vista, ¿crees que Sorane pueda convertirse en mamá? En una mamá amable como Eri-nee, Rio o Ririka."

"…No lo sé. Aún no he sentido ‘mamaridad’ en Sorane-san. ¡Pero aun así! ¡Quiero creer en las palabras de mi amado padre!"

 

Sabía que dirías eso, Touka.

Bien. ¡Con esto, el rumbo a seguir quedó totalmente decidido!

 

"Primero recuperemos a Ririka. Y luego averigüemos las verdaderas intenciones de Sorane. Eri-nee, ¿nos ayudarías a revivir el ‘club de mamás’?"

"¡Por supuesto! ¡Como la mayor, esta vez también me esforzaré! ¡Yeeey!"

 

A mis palabras, Eri-nee respondió haciendo un gesto de victoria con ambos puños. Qué adorable.

 

"Ah, ¡también me acordé de esto! El biberón—mi ‘papá-art’—que usamos la vez pasada, ¡lo guardé bien! Está almacenado en ese estante, ¿lo quieres usar? ¡Tu hermana te lo presta de manera especial!"

"No… creo que eso no lo vamos a usar…"

 

¿Con el que compramos hoy y el que Touka trajo la vez pasada ya son tres…? ¿Los van a guardar hasta que Touka nazca en el futuro o qué…? B-bueno, ¡dejando eso de lado!

Y así, Touka y yo logramos hacer “NTR” con Eri-nee sin problemas.

 

 

 

 

Después de eso, Touka y yo volvimos a casa tras invitarnos a cenar.

Como al día siguiente era día libre, Touka y yo disfrutamos de películas y videojuegos olvidándonos del tiempo, y de verdad fue un rato increíble.

Hace un mes había bastantes días en los que me relajaba con Touka sin pensar en nada, pero desde que nos reencontramos, este era un fin de semana “solo para nosotros” por primera vez en mucho tiempo.

 

 

 

 

 

 

Y llegó el lunes. Incluso el inicio de semana, tan deprimente, siento que no pesa nada si tengo la sonrisa de Touka.

 

"Fue un fin de semana muy divertido, ¡padre!"

"Sí. Como Sorane tampoco se acercó, pude descansar bien. ¡Desde hoy nos esforzaremos con el NTR de Ririka!"

"¡Sí! Hagamos NTR a Ririka-san y completemos al ‘club de mamás’ en su forma definitiva. Así que, padre, te entregaré este ‘papá-art’."

 

Fue una sorpresa total. Pensé que esta vez solo habría “Mama sick Record” y que no habría “papá-arts”. Me quedé pasmado al ver la bolsa de papel que me tendió.

 

"¿Eh? ¡Si también había esta vez, pudiste dármelo antes!"

"No, porque esto lo conseguí en esta época. En el futuro he escuchado a padre y a Ririka-san hablar de sus recuerdos, así que lo compré basándome en eso."

"¿En qué momento…? Gracias, Touka."

"Fujejeje. ¡No es nada! Elegí algo que a Ririka-san le va a encantar especialmente, así que, si se complica, ¡entrégaselo!"

 

La vez pasada los “papá-arts” que trajo Touka fueron un biberón, un uniforme femenino y un formulario de matrimonio. Después, se supone que todo eso lo tienen las del “club de mamás” (aunque Ririka lo devolvió), pero… ¿qué será esta vez?

Sea lo que sea, seguro que es un arma poderosa para la operación NTR.

 

"Por cierto, lo que hay dentro es…"

"Uy. Perdón, Touka. Ya tengo que irme. Siempre te dejo la casa a cargo, lo siento."

 

Aunque estaba a mitad de la conversación, metí a toda prisa el “papá-art” en el bolsillo del uniforme, me colgué la mochila y me puse los mocasines en la entrada.

Y Touka me despide todos los días así, con una sonrisa radiante.

 

"Sí. ¡Porque incluso en el futuro aspiro a ser una excelente guardiana del hogar!"

"Hija, quiero consentirte, pero llegar a tanto ya es un poco…"

"Entonces no te enojes ni aunque me vea vestida de novia, ¿bien?"

"Ya veo. ¿Este es el ‘dos opciones definitivas’? Bueno, me voy."

 

Salí por la puerta, escuché hasta el final el “¡que te vaya bien!” de Touka, y me dirigí a la escuela.

 

"¡Iku-chan, buenos días!"

 

En la escuela me recibió Rio, la segunda hija de los Kudou, llevando el uniforme femenino.

En casa hay un angelito adorable, y en la escuela hay una diablita coqueta. Oye, oye… ¿esto es el límite entre el mundo de los vivos y el inframundo?

 

"Buenos días, Rio. ¿Recuerdas lo de ayer, lo que te dije por teléfono… ya sabes, eso?"

 

Me senté y, sin decirlo de forma directa, confirmé con Rio lo de Eri-nee; Rio asintió.

 

"Claro. ¡Con esto el ‘club de mamás’ está a nada de reactivarse! El problema es…"

"Iku. ¿Puedes venir un momento?"

 

Oh, vaya, el problema vino solito… Y encima se ve de mal humor.

Rio se plantó delante de Ririka, que me estaba llamando, y le hizo frente. ¿Quién ganará: la diablita contra la avispa…?

 

"¡No, Ririka-chan! ¡Iku-chan está hablando conmigo!"

"¿Ah, sí? Pero no te confundas. A quien le hablé no fue a ti. Yo tengo asuntos con Iku. ¿Entiendes?"

 

Qué miedo. Ririka, que normalmente me acosa sonriendo y a veces hasta termina lloriqueando cuando Rio la trata con frialdad, ahora hablaba con una cara seria y una presión intimidante.

 

"…S-si le vas a hacer algo horrible a Iku-chan, ¡yo lo protegeré!"

 

Aun así, Rio no se encogió de hombros. Con una actitud firme intentó protegerme de la avispa.

Pero sus piernas temblaban un poquito. En serio… no tienes que forzarte a hacer cosas a las que no estás acostumbrado.

 

"Tranquilo, Rio. Ririka no es de las que nos atacan sin motivo, ¿no?"

 

Por eso me adelanté y me enfrenté directamente a mi amiga de la infancia.

Desde aquella vez que me encaró frente al hotel, esta era la primera vez que nos mirábamos bien a la cara. Así que estaba listo para que me dijera lo que fuera, pero…

 

"Estoy bien. Es más… prefiero que me hagan cosas horribles. ¿Me acompañas?"

"…¿Eh? ¡O-oye, espera un momento!"

 

Ririka aflojó la expresión de golpe, dijo solo eso y salió primero del aula.

Le repetí a Rio “estoy bien” y fui tras ella.

El lugar al que me llevó Ririka fue el rellano de las escaleras, antes de la azotea.

Me acordé de aquel día, cuando Ririka me presionó para que la besara y redefinimos nuestra relación.

Pero allí había alguien que claramente no estaba “ese día”.

 

"¡Sorane…!"

 

Era Sorane, mi falsa “novia” y la kouhai que no pudo entrar al “club de mamás”.

 

"Buenos días, senpai. ¿Sabes lo que escucheee? Que teniendo una novia como yo, se metió a un love hotel con una chica que ni conoce, ¿nooo?"

 

Qué descarada. Encima lo dice a propósito de forma provocadora… ¡Si tú lo montaste!

Pero no se lo dije; decidí observar cómo se movía Sorane.

 

"Sí. El buffet matutino del love hotel estuvo buenísimo."

"¿Eh? ¿Los love hotels tienen buffet? ¡A mí me encantan los buffets! Qué dato tan bueno. ¡Qué ganas de usar uno con usted en el futuro, senpai! ¡Jejeje!"

 

Uf… ya quedó un ambiente donde no puedo decir “era broma”. Y la cara de Sorane brilla como la de una niña que cree en Santa Claus… ¿qué es esta culpa?

 

"B-bueno. El caso es que me la pasé bien."

"Guau, qué cruel. ¿Declaración abierta de doble relación frente a tu novia, eh? ¿Oyó eso, Ririka-senpai? Dice que mi novio permite que le sean infiel, ¿eh?"

 

Dejando el buffet aparte, Sorane la incitaba hablando de “entrar al hotel”, y al empujarla a responder, Ririka por alguna razón se sonrojó y me miró. ¿Qué es esa reacción?

 

"S-sí, eso es. Entonces, como prometimos… está bien, ¿no, Sorane?"

 

Pero Ririka, como si hubiera tomado una decisión, se miró con Sorane.

 

"Sí. Porque yo no miento. En mi vida he dicho una mentira, ¿sabes? Y mi busto, aunque parezca discreto, en realidad es copa C."

"Mi kouhai está mintiendo en tiempo real. Bueno… aunque al menos es mejor que Rio, ¿no?"

"Cállese, senpai. Aún estoy en desarrollo. Esto es un terreno baldío antes de urbanizar, y en el futuro se levantará una gran montaña. Ahora estoy en la fase de cimientos."

"¿Eso no suena a obra paralizada? ¿Todo bien? ¿Cómo va el avance?"

"Qué fastidioso… ¡cada obra tiene sus sufrimientos! Dejando eso de lado…"

 

Sorane se enojó en serio y se dispuso a marcharse del rellano, adelantándose.

Y al irse, le dejó a Ririka unas palabras.

 

"Entonces, Ririka-senpai. Como acordamos, disfrute ser ‘la mujer conveniente’."

 

Probablemente el único que no entendió el significado de esas palabras fui yo.

Ririka se acercó, uno, dos pasos, y me miró a la cara desde abajo, de reojo hacia arriba.

 

"Iku… a mí… a mí, como tu… eso…"

 

No podía seguir con fluidez, pero Ririka hizo todo lo posible por hilar las palabras. Y entonces—

 

"¡Por favor, déjame ser tu amante… tu ‘otra’ mujer!"

 

La frase que por fin salió… no la entendí en absoluto.

 

"¿Eh? No, gracias."

"¡N-no respondas tan rápido! ¿P-por qué? ¡Dime por qué no! ¿Esa chica del hotel sí vale y yo por qué no? ¡Y Rio también, ¿no?!"

 

Ririka se puso llorosa y empezó a golpearme el pecho una y otra vez.

¡Lidiar con una Ririka que está entendiendo todo mal es absurdamente agotador!

 

"Esa chica… con Touka no entré al hotel, y además ni siquiera es una amante. Y Rio no es una chica, así que eso no cuenta como infidelidad. No cuenta. Yo soy inocente. Fin."

"¡Qué injusto! ¡Aunque sea tu pasatiempo, Iku, yo quiero estar contigo! ¡Incluso pedí permiso a tu novia! ¡Tragándome la vergüenza!"

"Mmm… qué sinvergüenza. ¿No tienes nada de orgullo o qué?"

"¡No te burles de mí! ¡Claro que sé lo que es la vergüenza! ¡Me refiero a mi cuerpo!"

"Vergüenza, sí… pero en versión indecente. Y además yo… no pienso estar con Ririka ‘por jugar’. Si voy a salir con alguien, quiero que sea en serio. Por eso no."

 

Con mi declaración, Ririka bajó la cabeza. ¿De verdad pensabas convertirte en la ‘otra’?… Desde que malinterpretaste mi relación con Sorane, se te rompió el sentido de la moral.

Lo más fácil sería que recordara a Touka, pero…

Cuando dije su nombre hace un momento tampoco reaccionó, así que se ve difícil.

 

"Entonces… ¿q-qué hago yo? No puedo ser tu ‘principal’. Tampoco puedo ser tu amante. Si yo misma terminé la relación de forma unilateral y ahora ni siquiera puedo ser tu amiga… y yo… no quiero eso…"

 

Ririka se dejó caer ahí mismo y se secó con el dorso de la mano, una y otra vez, las lágrimas que le caían en silencio.

Tal vez para Ririka esta “negociación” de verdad era su último recurso.

Si no podía ser la número uno, al menos la dos… o incluso una “mujer conveniente”, desechable, le daba igual.

Le limpié con suavidad, con un pañuelo, la cara empapada de lágrimas.

 

"Está bien así, Ririka, tal como eres. Desde hace muchísimo eres mi amiga de la infancia: un poco tonta, con comentarios y un cuerpo bastante subidos de tono, y un poquito linda. Eres alguien importante para mí."

"Uuh… I-Iku…"

 

Ririka enterró la cara en mi pecho y se aferró a mi blazer; se me hacía doloroso verla así.

Pero ahora, aunque le hablara de Touka o Sorane, no parecía que fuera a entenderlo.

 

"Ririka… ¿aceptas un regalo de mi parte?"

 

Por eso saqué el “papá-art” que había metido a la fuerza en el bolsillo del uniforme.

Era un regalo que mi amada hija preparó pensando en alguien a quien aprecia mucho.

 

"Creo que esto es lo que más quieres ahora mismo. Aún no puedo contarte lo de Sorane ni lo de Touka, pero… cuando logre cerrarlo todo como se debe, quiero que me mires de frente otra vez."

 

Ririka tomó la bolsa de papel y por fin dejó de llorar.

Luego se sorbió la nariz, se puso de pie y al fin me mostró su sonrisa de siempre.

 

"Gracias, Iku. Yo… al final no puedo rendirme contigo."

 

Yo también me levanté y, a la misma altura de sus ojos, recibí esas palabras.

 

"Sí. ¿Puedes seguir estando conmigo, como hasta ahora?"

"Eso… eh… Es que sería un problema si alguien nos oyera. ¿Me prestas tu oído? Quiero decirte un secreto."

"¿Hm? Está bien."

 

Con mi permiso, Ririka se acercó hasta quedar a una distancia de abrazo y susurró junto a mi oído.

 

"Voy a convertirme en tu número uno. Voy a ‘robárte’ de esa chica, ¿sí?"

 

Y pensé que se apartaría después de decir eso… pero—

 

"¡Lami-da!"

"¡¡Ugyyaaaaaa!!"

 

¡De la nada me lamió la oreja! ¿Qué…? ¿Qué es esta… esta descarada!

 

"¡N-n-n…!"

 

Al verme soltar un sonido que ni siquiera era voz, Ririka sonrió de una manera terriblemente seductora.

Se parecía muchísimo a la sonrisa que vi aquella noche cuando me quedé en casa de los Narumi.

 

"Listo: ya fui la primera en ‘marcarte’. Que ninguna otra mujer venga a sobrescribirlo, ¿sí?"

"¡C-cuando dices ‘marcar’, no era en sentido literal, ¿no!"

"¿Ah, sí? Como soy tonta, no lo entiendo. Sí, soy tonta, así que ya dejo de pensar. A partir de ahora voy a ser mucho más agresiva, así que prepárate, ¿bien? ¡Ajajá!"

 

Ririka se fue del rellano con pasos ligeros.

Pero después de bajar unos escalones, se giró un poquito.

 

"¡Gracias por el regalo! ¡Lo voy a cuidar muchooo!"

 

Levantó en alto la bolsa con el “papá-art” mientras me daba las gracias, y desapareció de mi vista.

Aún no se aclaró el malentendido, pero aun así siento que mi relación con Ririka volvió, aunque sea un poco, a como era antes.

 

"De verdad… la única que empezó una operación NTR en serio fue ella. Pero bueno, así es mi amiga de la infancia. Desde siempre… no cambia."

 

Quizá por eso. Se me aflojaron las mejillas de tanto sonreír, al punto de notarlo yo mismo.

Incluso cuando sonó el timbre de inicio de clases, me quedé un rato sin poder moverme de allí.

 

 

 

 

 

 

 

Después entré a clase con un poco de retraso y, desde ahí hasta la salida, no ocurrió nada fuera de lo normal.

Como también queríamos hacer una reunión de estrategia para lo que viene, Rio y yo llevamos a Touka y fuimos a casa de Eri-nee.

 

"Ajá, ajá… así que al final Ririka-chan fue la única a la que no le volvió la memoria. Y también me inquieta que Ririka-chan y Sorane-chan, que se supone que eran rivales, estén trabajando juntas, ¿no?"

 

Eri-nee, que nos recibió, se quedó pensando profundamente incluso mientras estaba recostada en el sofá.

 

"Sí… Sorane le dijo a Ririka que ‘disfrutara ser la mujer conveniente’, pero… ¿y si ese fue el punto medio? Touka, Rio, ¿qué piensan?"

 

Si ellas se conocían de antes y se llevaban bien, no sería imposible.

 

"Puede ser… Quizá lo de esta mañana no era para convertir a Ririka-san en su amante, sino para provocar que usted, padre, recibiera algún ‘ataque’… ¿algo así?"

 

Al oír a Touka, pensé que sí, era una posibilidad.

Pero… ¿con eso alcanza para decir que “logró mover a Ririka”?

 

"No, eso no."

 

En cambio, Rio se mostró negativo ante la opinión de su hermana, Touka.

 

"Por lo que yo sé, Ririka-chan no es alguien que haga concesiones, y no es una chica que se conforme con algo así. Ella es mucho más… con Iku-chan debería ser más voraz, más agresiva."

 

Rio hizo una breve pausa y continuó, casi como si temiera a Ririka.

 

"No creo que Ririka-chan se retire por algo así. Si el ataque de Sorane-chan continúa… puede que Ririka-chan vuelva a moverse."

 

Desde siempre, Rio le ha tenido cierto respeto a Ririka.

En secundaria llegó a decir que deseaba tener esa fuerza para insistir y esa iniciativa.

Por eso, Rio parece analizar y observar a Ririka más que nadie.

 

"Entiendo. Gracias a las dos. Tendremos que seguir en guardia."

 

Aun así, hoy no podemos hacer mucho más.

 

"Desde mañana volveré a indagar en los recuerdos sobre Sorane. Le preguntaré también a mi padre y a otros compañeros, y de ahí intentaré sacar pistas. Por hoy, disolvamos la reunión."

 

Al ver a las tres asentir, di por terminada la reunión de estrategia de hoy.

 

 

 

 

 

 

Me despedí de Rio frente al departamento de Eri-nee y volví con Touka a mi cuarto del apartamento.

 

"Touka, ¿qué hacemos para la cena de hoy…? Oye, oye."

 

Apenas volví y me senté para descansar, Touka se me subió encima, al regazo.

Es como un gato buscando calor humano en un día frío, esta.

 

"Estoy celosa."

"¿Eh?"

"Se me está acabando la energía de ‘padre’. ¡Como con las otras, ya va siendo hora de que consienta a Touka-chan! ¡Quiero muchos mimos en la cabeza!"

"Qué deseo tan directo… de verdad. Tener una hija caprichosa es duro, ¿eh? Anda, vamos a ponerte el ‘cinturón de papá’ para que no te caigas."

 

La abracé por detrás mientras estaba en mis piernas y le acaricié bien la cabeza.

Como si estuviera encantada con tenerme solo para ella, Touka soltó una sonrisa rara: “fuhehe”. No es linda… pero sí es linda, mi hija.

 

"Esta vez, en cuanto llegué, con todo lo de Sorane-san, casi no tuve tiempo para ser mimada, padre. ¡Esto es un derecho legítimo! Hmph."

"Pero fuimos juntos a la secundaria, ¿no? Y en el tiempo libre jugamos y vimos películas. ¿Aún te falta?"

"¡No es suficiente! ¡Además de estar en casa, también tenemos que salir! ¡No importa cuánto tiempo haya, nunca alcanza! ¡Touka-chan es ambiciosa!"

"Sí, ya lo sé. Oye, Touka…"

 

Convivir día a día con Touka me hizo darme cuenta de algo.

 

"A veces siento que dentro de ti no está solo ‘una mamá’… sino la sombra de las tres del ‘club de mamás’. ¿Eso será porque en el futuro te influyeron?"

"¡Sí! Porque incluso en el futuro usted, padre, sigue relacionándose con todas, ¡y yo también me llevo muy bien con ellas!"

"Ya veo. Pero aun así… de todas, la influencia de Sorane casi no se siente en ti, ¿verdad?"

 

Después de abrazarla fuerte, seguí hablando: sobre una posibilidad del futuro.

 

"¿Qué harías si, después de que vuelvan los recuerdos y nos reconciliemos, Sorane siguiera enemistada con el ‘club de mamás’ pero aun así terminara saliendo conmigo? ¿Y si además el beso de aquel asunto también se diera en este cuarto?"

 

La condición mínima para que yo me convierta en tu “padre” es enamorarme de alguien y, en otoño o invierno de tercero de bachillerato, besar en este cuarto a la chica que me guste.

Si me saltara esos pasos y besara a Sorane, probablemente Touka “se alteraría”.

Pero si siguiera el camino “correcto”… aunque Touka no “se alterara”, se convertiría en una niña sin ninguna influencia de Eri-nee, Rio o Ririka.

Eso, en cierto sentido, es casi lo mismo que “alterarse”. Entonces, Touka—

 

"¿Eh? ¡Pues está bien! ¡Es la persona que usted eligió, padre!"

 

Touka se bajó de mis piernas y, frente a mí, me mostró una sonrisa radiante.

 

"¿De verdad? Pero tú amas a las tres del ‘club de mamás’, ¿no?"

"¡Sí, las amo! Pero más que eso, respeto la elección de usted, padre. Yo quiero seguir siendo su hija. Ese es mi único deseo."

 

La verdad, pensé que al menos haría un poco de berrinche… y hasta quería que lo hiciera.

Pero Touka es increíblemente “papá-adicta” y me quiere de verdad.

Entonces yo también me decidí.

 

"Entonces, tu padre va a cumplir tu deseo."

"Sí, con eso me basta…"

"Pero no voy a cumplir solo uno."

 

Interrumpí a Touka justo cuando iba a asentir y le tomé su manita.

Le abrí la mano, que tenía cerrada, y contando con los dedos le juré a mi hija.

 

"Si el primer deseo es ser mi hija, entonces te cumpliré también el segundo. Sea el capricho que sea, dímelo. ¿Sí, Touka?"

"…Que en el futuro de usted, padre, exista esa hermana mayor amable que nunca cambia."

"¿El tercero?"

"Que en el futuro de usted, padre, exista esa mejor amiga desde la secundaria: coqueta y adorable."

"¿El cuarto?"

"¡Que en el futuro de usted, padre, exista esa amiga de la infancia pervertida y pura! Y además… no sé si esto ya cuenta como un deseo dentro de mí, pero…"

 

Con cuatro dedos doblados, Touka volvió a mirarme a los ojos.

No eran los ojos amables de siempre: eran como si pudieran ver a través de mi voluntad.

 

"¡Quiero ver un futuro en el que usted, padre, todas las del ‘club de mamás’, y también… Sorane-san incluida… todos puedan sonreír!"

"¡Déjamelo a mí! ¡Voy a cumplir todos esos deseos!"

 

Le acaricié la cabeza a Touka, la cabeza de mi preciosa hija que confía en mí con todo su corazón.

 

"¡Jejeje! ¡Mi padre sí que es el más genial del mundo! Un padre normal jamás podría cumplirlo todo, ¿verdad?"

"¡Sí! ¡Por mi hija ambiciosa, tu padre se va a esforzarse! Aunque, eso sí, el deseo de tu padre es solo uno."

"¿Eh? ¡Dígamelo! ¡Si es algo que yo pueda hacer, haré lo que sea!"

"Quiero que la hija más adorable del mundo sea la más feliz del mundo. Solo eso."

"U-uh, uhm… ¡p-padreeee! ¡Te quierooo!"

 

Nos abrazamos de frente, como si estuviéramos jurándonos cumplir los deseos del otro.

Pero esta vez no había ni una lágrima como antes. En su lugar, había sonrisas.

Porque tanto ella como yo creemos que podemos cumplir los deseos del otro.

 

"¡La pregunta de hace un rato sí me dio miedo! ¡Pensé que usted, padre, iba a priorizar de verdad a Sorane-san y abandonar a las otras tres!"

"Jajaja, perdón. Pero si voy a salvar a Sorane de la ‘alteración’, no podía descartar esa posibilidad, así que quería preguntarlo. Aunque, al contrario… terminamos eligiendo una ruta de alta dificultad, ¿eh?"

"¡Este sí que es el verdadero NTR: ‘Ruta de Alta Dificultad’!"

"¿Y quién te dijo que lo dijeras tan bien?"

"¿Pero si fue usted, padre, quien me llevó a decirlo así?"

 

Tras una breve pausa, los dos nos reímos exactamente al mismo tiempo.

Con Touka a mi lado, siento que puedo reírme de cualquier dificultad. Con esa certeza, creo que ya puedo esforzarme solo por eso.

 

"Bien, entonces preparemos la cena juntos… oh."

 

Justo entonces sonó el timbre. ¿Quién será a esta hora? Ahora que lo pienso, creo que olvidé pagar el periódico del mes pasado.

Por si acaso, cerré la puerta que daba a la sala y abrí la puerta principal.

 

"¿Quién…? Ah, eres tú, Ririka. ¿Pasa algo?"

 

La que estaba ahí era Ririka, mi amiga de la infancia.

Por alguna razón, llevaba una sudadera con cierre hasta arriba y la capucha puesta. Aunque sea de noche, no hacía tanto frío.

 

"Oye, Iku. Gracias por hoy. Hasta me diste un regalo precioso."

"No te preocupes. Pero… ¿necesitas algo?"

"¿Algo? Sí… vine a hacerte un juramento. Lo entiendes, ¿verdad?"

 

¿Eh? ¿Mm? No… no entiendo ni un milímetro. ¿Un juramento?

 

"¿Un juramento de que seguiremos siendo amigos?"

"Ay, no. Ese tipo de bromas no son buenas, Iku… no, mejor dicho: amo."

 

Sentí que se me rompían los oídos. De la Ririka tan mandona, escuché por primera vez en más de diez años una palabra que jamás pensé oír.

 

"Después de regalarme algo así, ¿no te hagas el tonto, sí?"

 

Luego pensé en serio que se me estaban descomponiendo los ojos.

Ririka abrió lentamente la sudadera y apartó despacio la mano que tenía en el cuello.

Lo que había allí… no, espera.

 

 

 

Lo que estaba “puesto” ahí—más bien, “encajado”—era…

 

 

 

 

 

"Asume la responsabilidad y domíname. Amo."

Era un collar: cuero negro con herrajes plateados.







[1] No lo recuerdo, se que esta en el volumen 1 pero me da pereza ir a leer y buscar a que se refiere

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